Hombre y Mujer

lunes, 20 de febrero de 2012

Admitir, que la mente, el sentir y las emociones de la mujer, se mueven por motivaciones diferentes a las del hombre, no es para nada ofensivo para este, ni menoscaba el valor de la mujer. Todo lo contrario, es bueno admitirlo, y más saberlo, pues ello, ayudará y simplificará la natural convivencia de esposos, amigos, hermanos y también, "¿por qué no admitirlo?", la relación de madres e hijos varones.

Para la Mujer, por ejemplo, es totalmente natural el llanto, y a veces una imperiosa necesidad de desahogar el cupo de emociones. Cuando esta lleno a rebosar o algo la conmueve, se siente herida o la tragedia roza su vida y la sobrepasa, se derrumba, el llanto la sacude y las lágrimas fluyen rompiendo su dique de contención. Es entonces cuando la mujer se deja vencer sin oponer resistencia, mostrando su dolor, y después de esta fragilidad, poco a poco, se va serenando, pues a diferencia del Hombre, no está obligada a reprimirse, ya que el varón, socialmente, parece que si está obligado a mantener el tipo y guardar sus más intimos sentimientos y sobre todo aquellos gestos que podrían tenerse como debilidad.

La Mujer, por el contrario, puede echar mano de las lágrimas sin que por ello se la considere débil, y si muy humana. Y que duda cabe, que ellas, las lágrimas, pueden ser un elixir liberador que el hombre en gesto humano, está en su derecho de utilizar y expresar. Hombre y Mujer, amigos, ni mejor, ni peor, uno que el otro.... Tan solo diferentes...

*LA DEPRESIÓN*

sábado, 18 de febrero de 2012

El artículo de la felicidad puede parecer una tontería pero nada más lejos de la realidad pues esa práctica de la que os hablo "el relativizar" es eficaz en muchos sentidos sobre todo para alejar de nosotros la depresión exógena, la que más nos sale al encuentro y nos envuelve si no estamos alerta, pues es la provocada por acontecimientos externos y totalmente relacionada con el dolor emocional.

Yo por ejemplo desde hace un tiempo padezco de sensibilidad emocional y por ello los acontecimientos hechos o palabras que para otras personas carecen de importancia a mí me superan y debido a esa fragilidad me derriban como un tsunami, ello me lleva a tener que protegerme de ciertos ambientes y personas tóxicas, que están en su salsa en medio de enfrentamientos, críticas y “dimes y diretes.”

Este sensible estado emocional puede pasar cara factura si se tiene un agravante como es un proceso de tensión u otros estados delicados de salud, como pueden ser los derivados del corazón.
Por ello amigos, es necesario protegerse para seguir viviendo alejándonos lo más posible de todo y todos los que en su ignorancia o egoísmo puedan causarnos “dolor emocional” para ello insisto: “es necesario, el distanciamiento de ambientes tensos y de personas que puedan causarnos un daño irreparable” para evitar caer en este u otros contratiempos es de vital importancia practicar algún deporte como el sencillo caminar al aire libre y si es posible rodeados de naturaleza y vivir en un entorno de gente positiva y jovial, alejada de la posición de la queja y cerca de amorosa gente que te quiera, pero bien, pues hay quereres que matan!


Trinidad Canel

*FELICIDAD*

sábado, 4 de febrero de 2012

Arañar en el día a día un poco de felicidad a la vida y al vivir es cuestión de ingenio y de aprendizaje sobre todo dedicar cada día más ímpetu en tratar de relativizar los pequeños disgustos y contratiempos con que la vida y el vivir nos sorprenden.

¡Insisto¡ practicar “la relativización” en aquello que nos agrede desde el exterior , de ese exterior que nos rodea y llega a nosotros con instantes o acontecimientos desagradables, bien sea palabras ofensivas, actitudes…. de esas personas que confluyen en nuestro entorno.

A veces llegan estas cosas que nos agreden en forma de noticias que interfieren y molestan nuestro sentir y nuestro andar por la vida. No podemos permitirnos que ello nos genere un sentimiento de angustia o frustración y para ello, tenemos que provocar un sentimiento positivo que fluya desde nuestros adentros, ¡desde nuestro corazón! Y ello os hará comprobar que aunque atemperar al principio de esta práctica nos cueste infinito a la larga irá creciendo y será una dinámica de nuestro estado de calma, que nos llenará de bienestar, paz y felicidad. ¡Ya lo sabéis amigos, atemperar y relativizar!

Hasta pronto.

Trinidad Canel.